Las palabras correspondieron al presidente del Consorcio de Usuarios de Aguas el ingeniero Ezio Aguilera, un experimentado productor de la zona que desde hace 26 años vive en el paraje conocido como La Colonia donde desarrolló distintos emprendimientos a lo largo de los años algunos con éxito otros no tanto, siempre debido a los agentes climáticos que terminan por arruinar el trabajo de esa gente productora.
Recordó y con cierta angustia cuando en los ´90 dos equipos viajaban desde Mendoza para levantar una producción de tomate y una pedrea esa misma noche "acabó con las ilusiones y el trabajo de muchas familias". Situaciones similares se fueron repitiendo con el tiempo en toda esa zona, lo que obligó a muchos productores a desertar hacia nuevos horizontes. Por ello, hoy Aguilera produce pastura alternativa para animales, y se da aliento para emprender un nuevo proyecto esta vez ganadero que comenzará a desandar a partir de este año.
De igual modo, asegura que la crisis producida por la sequía "afecta a todos" y es consciente que se debe racionalizar su uso para el consumo humano, pero no menos cierto es también su posición cuando explica que un mínimo del reservorio existente en el dique "podría haber sido destinado sólo unos días más para que la gente no pierda gran parte de la cosecha" como ocurrió. "Las órdenes vienen de arriba y hay que acatarlas" sentenció.
Es que la falta de agua en la etapa final, y la pedrea caída un tiempo atrás arrojó la cifra de un 50% menos de producción de tomates. De igual modo, cerca de 9 mil kilos eran almacenadas ayer para ser trasladadas a la empresa Agroandina de la ciudad de Chilecito de sólo una hectárea de un total de seis que se produce en ese departamento.
se logró observar cómo pocas familias realizaban las tareas de campo, al igual que el profesor Raúl Ocampo quien desarrolla un trayecto agropecuario junto a los alumnos de la escuela Nº 186 "Coronel Felipe Varela" de Loma Blanca. "Teníamos media hectárea de tomate pero nos quedó un cuarto por la falta de agua, igual al tomate lo vamos a vender triturado" dijo el docente explicando que ya cuenta con 400 botes llenos con el objetivo de llegar a 2.000 para la próxima semana.
Una situación similar experimenta y desarrolla el profesor de la Escuela Técnica Agropecuaria Argentino Leguiza, quien junto a su familia produce tomate y es comercializado de manera triturado en su mismo departamento. Para él la actividad del campo también se circunscribe a la cunicultura y la apicultura, una acción que comparte junto a otros quince productores que se sintieron orgullosos de la venta de miel que realizaron tiempo atrás y que les dejó buenos dividendos.
La actividad se repite a cada paso y en toda la zona de Loma Blanca, las parcelas y las colonias y muchas familias ya están adoptando similar actitud, que se suma a otras actividades agropecuarias como las plantaciones de membrillo y olivos que se observan a la vera de la ruta. Un desafío real, porque el agua es casi inexistente en sus napas subterráneas, y más aún cuando su principal reservorio de líquido se encuentra deprimido ante la falta de lluvias.
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